domingo, 2 de febrero de 2025

Un abrazo


 Pende de un hilo la voluntad de aquel que desconoce la fuerza creadora de un abrazo. 

Y es que ahora nos acostumbramos a enviar emojis de abrazo como si eso sustituyera la emoción de esa transmisión térmica de los cuerpos. Una elusión postmoderna para reemplazar estérilmente el efecto del contacto de los sístoles y diástoles que se unen cuando nos abrazamos de frente.

En contraste, parece ser que como es tan natural tener cerca a los que amamos,  se nos pasa la vida ignorando la energía reparadora de esa extensión natural de los brazos sobre y su duración depende del ánimo que nos asista y  -aunque a otros asusta-  los finalicemos con la connatural palmadita de desactivación de ese momento sublime, cuando nos retiramos cadenciosamente de la espalda de nuestro abrazado.

Cabe entre pechos los deseos por el bienestar y espanta lo malhadado de un día, cuando nose s juntamos en un abrazo acogedor y desprovisto de prevenciones.

Es ese momento en que dejamos nuestros escudos y lanzas que nos ocupan en la batalla diaria por subsistir y existir para darnos cabida en esa unión de brazo y recordarnos que sin ese abrazo es casi imposible resistir y mucho menos persistir en la brega diaria, y que en lugar de armas deberíamos agarrar juntos el azadon.

Ese abrazo cordial, sutil, tímido, de lado o el estrecho de frente, es aquella forma socialmente aceptada de un beso que se niega al amigo, pero que otorga la solidaridad suficiente para reforzar el cariño desprovisto de lujuria.

El abrazo de ceremonia que revuelca episodios de felicitación efímera o condolencia eterna, por los éxitos propios o las partidas de otros. Ese que se nos quedó pendiente por el afán del momento, por la poca conexión que nos deja o por el formulismo social que nos impone el saludo o la despedida fugaz que nos aleja de vernos más comprometidos de lo que quisiéramos.

Deseado o impuesto, familiar o novedoso, no deja el abrazo ninguna sensación incómoda, antes bien liberadora de egocéntricos espacios vitales, permitirnos bajar del pedestal puede ser alivianante y aliviador de falsos positivos afectivos. Una liberación momentánea pero que deja sin razones a la ya molesta aprehensión que nos imponen los ridículos convencionalismos sociales.

Ahhh, y no podemos dejar aparte de esta oda, al ya mencionado abrazo lujurioso. Ese que con pasión no solo junta los pechos sino que conquista con ardor el deseo por el otro... Ese abrazo que invita a deslizarse por la cara del otro y encontrar la boca cargada de deseo y sin falta logre rebasar la cara para cedernos el paso a la frontera invisible, que se abre camino hacia el indefenso cuello y nos hace conscientes de esa sensación indescriptible al sentir la respiración agitada, invadiendo sin permiso nuestros oídos, revelando el secreto de las ganas atrapadas.

Abrazos de todos modos, son la mejor y más valiente expresión de un corazón que necesita bombear más que sangre, emociones. Abrazos por doquier y de todas las formas para dejar de acumular sentimientos y repartir cariño para deshacernos del exceso y...Abrazos en el aeropuerto, la iglesia y el cementerio, la playa, el hotel y el carro, en la fila o el café, pero dónde más se necesita...que es sin lugar a dudas y sin arrepentimientos ...en cualquier lugar! 


jueves, 30 de enero de 2025

Inganno: A propósito de la serie


 


Todo pareció atrapado en la moraleja de aquel conejo encantador, que siempre inquieto, confiaba en su ventaja sobre la tortuga; nada mas equivoco que la confianza, que casi siempre está bajo sospecha.

 
Y recordó cómo estuvo la faena previa: Recorrieron palmo a palmo la suave piel,  que se ofrecía inquieta, conociéndose cada cicatriz, repasaron cada lunar y surco posible de sus leves y usadas formas, y sonrió al recordar la torpeza con que ambos, desnudos y ebrios, se despojaron mutuamente de la ropa y encendieron por fin sus escondidos temores sobre aquel territorio blanco de telas frías, que hacía poco la mucama había tendido con esmero para que todo quedara en orden,  seguramente bajo la mirada inquisidora de una jefe draconiana que resoplaba amargura moralista  imaginando esa escena, por lo que odiaba trabajar allí.

Y en efecto, nada quedaría en orden. La apacible comodidad de aquella alcoba pronto ardería al ritmo diastólico  de aquellos "querientes ocasionales" y sus maniobras sin libreto, quizas apasionadas y  quizas fugaces ... Y es que recordemos que entrados en esa batalla nadie recupera la cordura, el sudor no tarda en recordarnos como perdemos con voluntad y  mucho mas si hay magia y al final...todo queda sumido en un sueño, con el reposo de los exhaustos amantes .


Al despertar, El le dijo que había soñado - y hasta le sonaba sincero-,  dibujaba en sus labios una sonrisa metálica de aquellas que solo sabemos leer los que entendemos de desencantos.
Expectante,  creyó en la verdad ruinosa de sus palabras y vio renacer la esperanza.  Hasta se peino para asi mirarse en el espejo y devolverse pareceres de autoconfianza.

Se abandonó sin precauciones y dejo que no le importarán las gotas de sangre que siempre causa el caprichoso Cupido, que ligero de ropas,  va por ahí lanzando tentaciones en forma de flechas, con la puntería ancestralmente  imprecisa que muchos le conocemos.

Trajo a ese amanecer marchito, una mirada entre amantes , furtivos, casi sorprendidos de haber llegado hasta allí sin mediar más que tres o cuatro frases lógicas y eso si...Miles de disparates por minuto.

Al final. Quien puede decir que ha olvidado una noche de copas así?

Suele ser - en el fragor de la repeticion- que surjan las cuestiones naturales de la incertidumbre con el futuro inmediato, esa que trae el amanecer al recuperar la cordura o -quizás- se sorprendan haciendo planes para eternizar ese momento perplejo de aquel primer encuentro, esa forma en que nos negamos la posibilidad de morir en la desilusión y por la que prefiero siempre el engaño que da la vida

domingo, 19 de enero de 2025

Lo que me emociona


 Me emociona lo real

El beso húmedo y prolongado que trasmite vida en la necesaria manera de juntar los labios y compartir deseos primates.

El abrazo estrecho y cálido que deja saber que las temperaturas corporales transmiten más que los calores  genitales.  

Me emociona el brillo de los ojos de una mirada cómplice, en un encuentro breve pero emocionante, en lugar del flash innecesario de una selfie transmitida para decir hola, generalmente usada para  sobreaguar el ahogo que desanima la distancia o el silencio.

Ese contacto febril nos recuerda, con el latido agitado de la emoción, que el encuentro y el descubrimiento -en el tiempo y con el tiempo- son abonos en la cuenta de un memorable balance, que aunque muchas veces antecede al inevitable desdén del abandono o la gélida distancia, vale mil veces más un acto real con desdén que un diálogo efímero y volátil de teclados y pantallas.

Me emocionan las canciones comunes, las series con banda sonora que se vuelven recuerdos tan hondos que hasta se resisten al olvido. 

Me emocionan  los diálogos con cafeína o soda, arreglando planes o desacomodando ideas, esos que permiten penetrar verdaderamente la esencia del otro,  ahondar en su ser y explorar lo oculto detrás de la piel. Eso que no se logra chateando o mandando mensajes para ser escuchado en 2x. Nada como las conversaciones que escuchan furtivamente y hasta con morbosa curiosidad podrían atestiguar hasta los meseros.

En resumen, mi apuesta es a que nos veamos más para desordenar el mundo,  compartir silencios o sonreír hasta el cansancio, recorrer lugares y descubrirlos a cuatro ojos o redefinirlos con la emoción de tu mirada y por qué no,  decirnos groserías al oido y estremecernos al toque leve de mis pelos con tu piel. 

Creo que ganariamos al desvirtuar esa pauta publicitaria manida del desapego, que compramos con la individualidad postmoderna pero que nos volvió solitarios empedernidos, refugiados en las redes que enrredan  y nos  hace perdedores por sustituir el vínculo tradicional del compromiso genuino por la inteligencia habitual del algoritmo.


sábado, 18 de enero de 2025

Examen del corazon


 

Los médicos que se empeñan en saber que secretos hay en la sangre y que uno esconde en su corazón.


No saben que el corazón que de tanto amar y desamar se apereza y se amodorra. Y con tanta emoción a flor de piel descollada se fatiga con el sístole y diástole incesante de ese latido universal que nos une, pero tambien nos desconecta.

Permanecer o abandonarv. Ya sabes...Tanta pulsión sin equilibrio... entre lo bueno y lo malo; lo banal y lo sublime, lo superficial y lo profundo o más bien...sucumbir a la agonía de lo imperfecto.  será mejor aún escoger entre las ascuas ardientes  o las cenizas que ya se van apagando. 

Debe ser...y para eso los doctores se inventan exámenes electrónicos, creyendo que la inteligencia artificial y los líquidos de contraste logran investigar si tiene reparación el amor o si tiene cura la apatía.


Lo que los médicos no saben es que lo único que necesito es Aire para respirar.


Es simple. Vivo agradecido por cada nuevo día que el Creador me concede y con el milagro de fe en la vida,  la oportunidad de despertar, lo que comporta un deber: Hacer del día algo maravilloso, abundante, lleno de ánimo, amor y experiencias de aprendizaje, para que, cada noche al regresar al sueño, sea digno de registrar, escribir y recordar .

lunes, 6 de enero de 2025

Resucitarnos


Tengo ya el corazón viejito. Debe ser de tanto uso... 

La sangre que sangra ya no va sino que se devuelve y el oxígeno que insufla la vida se agita y se agota. 

El genio de la lámpara avisa a tiempo que quedan todavía varios deseos por cumplir, así que hay que poner a gastarse el beneficio para que cuando nos llamen a la caja registradora, no quede abono pendiente en el saldo. 

Vivir, vivir sin cansancio, vivir sin reclamos, servir y vivir (por eso riman).

Es lo que nos enseñan los que nos han antecedido. Que no hay lugar para la queja y que dónde se pueda dejemos huella.

Así que a desmorir no nos acostumbremos. Mejor a resucitarnos cada hora, mientras estemos vivos.

domingo, 29 de diciembre de 2024

Un 2024 de la Era Común.


 

Hola! Cómo es costumbre por estás fechas incurro en prosa para dejar constancia que este paso de la Nochebuena a la Nochevieja no es mas que un acto de fe nostálgico con lo vivido y la aprehensión natural de la incertidumbre que trae ese futuro del amanecer siguiente que llamamos algunos Añonuevo.


De hecho no quiero desearte un Feliz Año Nuevo, tampoco desearte parabienes, ni bendiciones, vengo a entregarte lo mejor de mí, que es devolverte a ti, lo que pudiste entregarme sin darte cuenta,  con intereses genuinos, indexados de energía transformadora para que renovemos nuestra hermosa y significativa amistad y que con esa misma llama, nunca se agote tu fuego vital.

 
Cada tránsito de este recorrido entre Enero y Diciembre esta signado por una cantidad de aprendizajes que perecen en el olvido de lo irrelevante. Lecciones de vida o solo momentos de rutina, rescates de existencia o contactos furtivos, conversaciones sanas o divagaciones inconclusas: Váyase o quédese, entradas de libreto o notas al margen. Un montón de cosas para darle importancia a cada acontecimiento y terminar agotando las baterías de la memoria.

 
Necesitáramos gastar igual cantidad de días para rememorarles, lo cual es poco práctico, si estamos aguardando la esperanza de un nuevo tiempo.  Esto es que seguramente vamos a incurrir en otros hechos  tan significativos, que no vale darle cupo en el kinder de los recuerdos a aquellos que ya hemos dejado ir como liquidos en la canastilla.


Soles y Lunas, días y noches, agites y sueños, frenesies o reposos y en ellos llamadas, correos, mensajes, enlaces, conexiones, archivos que van y vienen, elementos que guardamos en carpetas como si fuéramos a buscarlos con presteza y saber recordar dónde encontrarlos, pero que en el fondo quisiéramos olvidar, muchas veces lograndolo sin querer.


El internet se nos metió en la vida y nos conminó a distanciarnos o desconocernos, a reducir nuestro contacto a una conexion de streaming, un mensaje o una galería de fotos interminable que jamás traduce el nivel de emoción de los momentos capturados en ellas.  Testigos inertes de nuestras experiencias llenamos los buzones de gigas y gigas de tomas y lugares.


Este año del 2024, 5785 de los judios o 4723 o del caballo de los chinos, con sus 12 fases lunares convertidas en meses, atropelladas en zoodiacos y dibujadas en constelaciones, me han traído hasta acá para escribirte hoy y dedicarte una sonrisa, honrando el bonito momento que nos permitimos, al encontrarnos y que pudimos compartir en persona. (Un evento que cada día es menos posible por el frenético ritmo colectivo de nuestras vidas).


Este mensaje escrito en tono elegiático está acordé con el tiempo de balances en que suele ocuparse la humanidad  por estos dias. Pero yo solo acumulo (para bien de mi salud mental)  los momentos bonitos, que la memoria  trae porque fueron significativos y estuvimos juntos para cruzar palabras y expresar emociones. Obtuvimos ese día más que palabras simples y cotidianas, mensajes del Universo, transformados en cariño. Así que decido agradecer tu paso por mi vida con el mismo cariño conque el Creador me ha entregado tu amistad para aprender de ti y caminar contigo.

Te dedico este texto en el ocaso de unas noches antes del frenético brindis, antes del Agüero, las campanadas y las uvas para que  sepas que siempre estoy, que siempre me sientas, que nos busquemos para hacer la vida y construir otro ciclo de lunas y soles para gozar, para aprender hasta que sea hora de volver a casa. Te quiero un montón!

sábado, 21 de diciembre de 2024

Obituario


 

Los que nos anteceden en el camino nos enseñan la ruta que habremos de seguir un dia. La muerte es un momento crucial para quienes no comprendemos la separacion, sin embargo debemos entender que la muerte es solo "un muro que divide la vida en dos jardines". Otra dimension que no conocemos pero que es mas real aun, que la  vida misma.

 
Creemos estar vivos y en realidad estamos sometidos a la dictadura de Cronos. Un inmen loo porso Dios,  más justiciero que el mismo Zeus, porque lleva en su cuaderno una impecable cuenta de la implacable vida. 

 
Tras la salida, los que aún quedamos solemos recrear escenas, trayendo al presente memorias de hechos bondadosos y amables, a los que recurrimos para reafirmarnos en el cariño, quizás para imponernos la venda evocadora, por lo demás que no pudimos perdonar o nos incomoda.


Asi son la vida y la muerte:  Un solo tiempo, un solo trayecto con múltiples paradas, un montón de  escenas para  actuar segun el "plan", para "servir" sin preguntar por que y para reconocer que "cada uno" tiene su mision,  por dificil o antipatica que nos parezca. 

Entenderlo nos hace mas nobles y por ende mas sabios.  Ahi esta la fortaleza frente a la certidumbre de la muerte. Solo entendiendo que cada uno fue hecho para cumplir su mision, el camino a la "cabaña" sera un trayecto digno de recordar!

Descanse en Paz.