AEROPUERTOS

Cuando chico los aeropuertos eran lugares magicos, significaban algo asi como el hangar de los sueños; solia ser el espacio del reencuentro con mama y el retorno de sus viajes de Marco Polo. Tambien solia ser el sitio que abrigaba los vaivenes de familias con flotadores y bolsas, pavas y necessaires, La olla arrocera y el televisor traidos que llegaban con betamax. Habia aduanas y decomisos y gente que vendia sus cupos para traer mercancias de las islas. La torre de control era algo parecido al cielo, se veia alta y espigada;  al frente  unos aviones de helice, que presagiaban su retiro,  estaban el Jumbo y el Airbus que ya reñian por transportarnos.

Pagabamos la "tasa aeroportuaria" y habia que hacer fila tambien y no faltaba quien tenia sorpresas con el pasaporte. El mundo era inmenso... Y los paises lejanos, los emigrantes eran pocos y los invasores escasos, a duras penas habia un puesto de revistas y vendian la de Superman y Batman y cuando no habia con que..pues Condorito estaba bien!

Hoy estoy en otro aeropuerto, han pasado muuuchos años y sigo acumulando millas, pero añoro esa paz casi bucolica de mi aeropuerto de infancia. Hoy hay desde farmacia, peluqueria y tienda de juguetes, hay bancos, restaurantes, cajeros automaticos, avisos luminosos y gente arrastrando maletitas donde cabe una "muda", porque pocos viajan de placer. Mi vecino de a lado habla de las acciones, el otro indignado por el Gobierno. Miro al frente y un "padre de la patria" toma cafe y sonrie como si fuera un chiste lo que hace. Mas alla hay dos niños tan juiciosos que parecen de sal y un hippie que viaja enmochilado con su gana de bareta y "mona" Ni que decir de la chica del counter que ya solo sonrie si se le antoja y las infaltables monjas o curas que antes eran precisos ahora brillan por su ausencia (las vocaciones escasean) y en su reemplazo van yuppies -abriendose paso a codazos en el competido mundo de las empresas-, una que otra prepagos - acompañantes diria Dania-  o en el mejor de los casos emigrantes que regresan hablando español con "zeta".

Pasa la vida y yo soy parte de este circo tambien. Quiza mañana a alguien tambien se le ocurra verme en un aeropuerto y escriba sandeces como yo. De  como cambio el "campo" de mi abuela por el aeropuerto concesionado de mis sobrinos, de como pasamos de las horas en "operecion tortuga" a las manidas "condiciones de trafico ajenas a nuestra aerolinea" y de la bandejita con sanduche y gaseosa al agua, cafe o jugo en caja -de esos sabores que a pocos gusta-. Loa aeropuertos ya no me saben a niño, porque antes recibiamos alegrias y hoy me reciben con un aviso en una paleta que dice "Señor Vanegas".

Aun hay abrazos, lagrimas de despedida, deseos y expectativa de regalos. Aunque ya no tengan todo lo que añoro -que ironia- , con todo eso... Aùn me gustan!  Ya cerraron la puerta asi que mejor apago esto... Ciao!