domingo, 29 de diciembre de 2024

Un 2024 de la Era Común.


 

Hola! Cómo es costumbre por estás fechas incurro en prosa para dejar constancia que este paso de la Nochebuena a la Nochevieja no es mas que un acto de fe nostálgico con lo vivido y la aprehensión natural de la incertidumbre que trae ese futuro del amanecer siguiente que llamamos algunos Añonuevo.


De hecho no quiero desearte un Feliz Año Nuevo, tampoco desearte parabienes, ni bendiciones, vengo a entregarte lo mejor de mí, que es devolverte a ti, lo que pudiste entregarme sin darte cuenta,  con intereses genuinos, indexados de energía transformadora para que renovemos nuestra hermosa y significativa amistad y que con esa misma llama, nunca se agote tu fuego vital.

 
Cada tránsito de este recorrido entre Enero y Diciembre esta signado por una cantidad de aprendizajes que perecen en el olvido de lo irrelevante. Lecciones de vida o solo momentos de rutina, rescates de existencia o contactos furtivos, conversaciones sanas o divagaciones inconclusas: Váyase o quédese, entradas de libreto o notas al margen. Un montón de cosas para darle importancia a cada acontecimiento y terminar agotando las baterías de la memoria.

 
Necesitáramos gastar igual cantidad de días para rememorarles, lo cual es poco práctico, si estamos aguardando la esperanza de un nuevo tiempo.  Esto es que seguramente vamos a incurrir en otros hechos  tan significativos, que no vale darle cupo en el kinder de los recuerdos a aquellos que ya hemos dejado ir como liquidos en la canastilla.


Soles y Lunas, días y noches, agites y sueños, frenesies o reposos y en ellos llamadas, correos, mensajes, enlaces, conexiones, archivos que van y vienen, elementos que guardamos en carpetas como si fuéramos a buscarlos con presteza y saber recordar dónde encontrarlos, pero que en el fondo quisiéramos olvidar, muchas veces lograndolo sin querer.


El internet se nos metió en la vida y nos conminó a distanciarnos o desconocernos, a reducir nuestro contacto a una conexion de streaming, un mensaje o una galería de fotos interminable que jamás traduce el nivel de emoción de los momentos capturados en ellas.  Testigos inertes de nuestras experiencias llenamos los buzones de gigas y gigas de tomas y lugares.


Este año del 2024, 5785 de los judios o 4723 o del caballo de los chinos, con sus 12 fases lunares convertidas en meses, atropelladas en zoodiacos y dibujadas en constelaciones, me han traído hasta acá para escribirte hoy y dedicarte una sonrisa, honrando el bonito momento que nos permitimos, al encontrarnos y que pudimos compartir en persona. (Un evento que cada día es menos posible por el frenético ritmo colectivo de nuestras vidas).


Este mensaje escrito en tono elegiático está acordé con el tiempo de balances en que suele ocuparse la humanidad  por estos dias. Pero yo solo acumulo (para bien de mi salud mental)  los momentos bonitos, que la memoria  trae porque fueron significativos y estuvimos juntos para cruzar palabras y expresar emociones. Obtuvimos ese día más que palabras simples y cotidianas, mensajes del Universo, transformados en cariño. Así que decido agradecer tu paso por mi vida con el mismo cariño conque el Creador me ha entregado tu amistad para aprender de ti y caminar contigo.

Te dedico este texto en el ocaso de unas noches antes del frenético brindis, antes del Agüero, las campanadas y las uvas para que  sepas que siempre estoy, que siempre me sientas, que nos busquemos para hacer la vida y construir otro ciclo de lunas y soles para gozar, para aprender hasta que sea hora de volver a casa. Te quiero un montón!

sábado, 21 de diciembre de 2024

Obituario


 

Los que nos anteceden en el camino nos enseñan la ruta que habremos de seguir un dia. La muerte es un momento crucial para quienes no comprendemos la separacion, sin embargo debemos entender que la muerte es solo "un muro que divide la vida en dos jardines". Otra dimension que no conocemos pero que es mas real aun, que la  vida misma.

 
Creemos estar vivos y en realidad estamos sometidos a la dictadura de Cronos. Un inmen loo porso Dios,  más justiciero que el mismo Zeus, porque lleva en su cuaderno una impecable cuenta de la implacable vida. 

 
Tras la salida, los que aún quedamos solemos recrear escenas, trayendo al presente memorias de hechos bondadosos y amables, a los que recurrimos para reafirmarnos en el cariño, quizás para imponernos la venda evocadora, por lo demás que no pudimos perdonar o nos incomoda.


Asi son la vida y la muerte:  Un solo tiempo, un solo trayecto con múltiples paradas, un montón de  escenas para  actuar segun el "plan", para "servir" sin preguntar por que y para reconocer que "cada uno" tiene su mision,  por dificil o antipatica que nos parezca. 

Entenderlo nos hace mas nobles y por ende mas sabios.  Ahi esta la fortaleza frente a la certidumbre de la muerte. Solo entendiendo que cada uno fue hecho para cumplir su mision, el camino a la "cabaña" sera un trayecto digno de recordar!

Descanse en Paz.

viernes, 13 de diciembre de 2024

El inútil Adiós.


Estoy al borde de un colapso. Mi corazón está fallando en su ritmo. Y no es poesía.  Es un diagnóstico.

Y ante ese panorama... La idea de la muerte no es tan remota (tampoco tan inminente), pero si un recuerdo de lo frágil que es la vida y lo breve que suele ser el amor.


Cuando la vida avanza muchos nos damos a la tarea de compilar la historia, aprendiendo con ese resumen lo que hemos visto suceder, lo que nos han contado y lo que hemos leído. Y es que los relatos de gestas heroicas y biografías de todos los personajes que nos han enseñado, se complementan con las vivencias validantes de nuestra propia existencia. 

Surgen preguntas vanas, como esas que se resuelven en una revista o post, que solo se ocupan de temas del corazón,  o unas más profundas que surgen de los grandes interrogantes de la humanidad: De donde venimos?, a que habremos venido? Cual es nuestra verdadera misión terrenal;  Aparecen en nuestra mente algunas de aquellas cuestiones que resolverían incluso la ecuación de la vida misma.

 
Porque la vida misma es finita, como diría el escritor: Ahora mismo estoy amenazado de resurrección.  Esta carrera loca, que comienza con aquel primer llanto, indicando a la partera que hemos nacido y estamos vivos,  hasta ese momento cuando nos enfrentamos a la certeza tautológica de la muerte, un evento inevitable y contundente, que cierra el capítulo del "curso de humanos" al que hemos venido, a este labil tránsito que reconocemos como vida.


Cada cual tiene su propio cuaderno de notas, historias de juego y tragedia, percepcion y disfrute, duda y respuesta, en este camino de sueños y realidades, signado de hola y adioses, que surgen cada día del debate entre la ignorancia crasa y el dogma férreo.


Nada más sutil que el viento que nos enseñó los sonidos de la naturaleza y la armonía que nos indujo arte a través de la música. Disfruto siempre la experiencia de lo bello, subjetivo a nuestros ojos, en forma de cánones de belleza, que la misma sociedad no impone y cambia, para hacernos consumidores de experiencias o juzgadores de hermosuras sesgadas por las modas y tendencias que consumimos sin razones objetivas, sembradas en el impulso de la publicidad.


Inspira este episodio insomne (son las 4:46AM), no solo apnea recurrente que tiene al borde del colapso a mi corazón frágil y manoseado, sino la necesidad de decirte antes de morir ( o mejor, mientras aún viva), que acepto el reto de conocer de cerca la gloriosa muerte. Que quizás sobreviva al daño y resulte una lección más para corregir la vida y afinar el propósito, pero ante la sinérgica realidad del quirófano y el riesgo ( al que le debo mi forma de existencia y patrimonio), en el borde de no volver al estado natural de la materia viviente y, eventualmente abandonar este cuerpo subyacente de placeres irresponsables, que tuve por habitación; mientras existía entre vosotros, prefiero aglomerar letras y escribir mi propio panegírico.  Que ojalá lean en el ritual de despedida de este despojo mortal que entrega su alquiler deteriorado por el uso y ya sin garantía de fábrica.

No acumulé rencores. Eso sí,  sume olvidos y descuidos, me fui sin despedirme, así como me despidieron sin querer irme, pero siempre estuve. Ese fue mi acierto: Salir quedándome para cumplir el sortilegio de vivir sin escaparate.  Las vitrinas del cartel luminoso dicen que la temporada de exhibición está llegando a su fin y que nos gozamos entero este parche. Hasta fuí otro, que pude reinventar, hacerlo creíble y culero como el que más, aboné ideales y experiencias hasta acumularlas tanto que esté que hoy muere no es el que un día lloró al nacer.


Irredento, aún quedan cosas por conocer, experiencias por vivir y mentiras que decir, justificaciones para el incumplimiento o verdades a medias para parecer correcto.

Agradecido, sufrí por la ingratitud como el que más, aunque de hecho este mensaje está sembrado en el terreno fértil del silencio y la soledad inducida, quiero decirte que mi espíritu agradece la experiencia de haber aprendido vida a tu lado, que fue suficiente lo compartido aunque a veces pareciera corto. Reímos, hablamos, caminamos, hicimos, creamos, comimos, bebimos, viajamos, tocamos temas, compartimos opiniones y hasta reclamos y en la contabilidad de la existencia, evadimos los impuestos y nos gastamos la vida... 

Vimos morir la Ché y la Elle y la Erre,  pasamos del bus al Jumbo, del cartero con el telegrama al correo electrónico, del libro al ebook, del fit al fat,  del pesebre al árbol y del aguinaldo al amigo secreto, de un mueble con TV de tubos en blanco y negro al TV QLed plano colgado, del emocionante cine con cortinas al streaming por capítulos maratoneados en casa, eso sí...ambos con las infaltables crispetas.


Que más puede pedir este espíritu que llevo o está piel que me habita? Dejame descansar y no lamentes mi partida, que más que una ida, es una huida a otro lugar, menos denso, más libre, y en ese camino de regreso al origen, al hogar común de los espíritus los voy a estar mirando.


Dejame volver sin pasaje, ni visa o pasaporte que me imponga la frontera de visitarte o acompañarte en una idea, un recuerdo o cada vez que leas,  este largo e inútil adiós.

miércoles, 7 de febrero de 2024

EL BESO


Cuando besas a alguien compartes líquidos. Estás también entregando tu ser en una huella de ADN que se instala en el otro. Ese acto mágico biológico es trascendental para la humanidad y es el principio sublime de una conexión que va más allá del placer y el solo instante. 

El beso es la via primigenia de la vida. Nos fue dado como forma para demostrar afecto, desde hace miles de años y es la más hermosa de transmitir la vida y la sintonía afectiva entre los seres humanos. 

No es una "chupeteada". Es el inicio de una aventura de descubrimiento, el inicio de un viaje que todos (en el fondo) quisiéramos que no tuviera retorno. El beso es tan fundamental que es el síntoma de la permanencia en el compromiso y la  persistencia en el deseo por el otro. 

Cuando los besos se vuelven secos, dejan de ser húmedos y el contacto entre los labios es breve, casi que solo instantaneo...es la mejor muestra de que el amor cayó en la rutina y, en consecuencia ... la ausencia de besos húmedos, prolongados y conscientes, grita...que el amor ha muerto!