Una noche cualquiera, un dia soleado o una tarde lluviosa son propicios para disfrutar de un sitio en donde te dediques a simplemente "no hacer nada".
Resulta que ese divertimento es como sentarse en un cafe de esquina a ver pasar la vida y disfrutar mirando al vacio u observando la gente pasar.
Esta tarde vi llover, cuando voy por la calle ... Resultan no ser nombres de canciones sino una inspiracion a la hora de disfrutar la comedia humana que significa ver a la mujer espigada que camina regia montada en sus tacones y con una buena minifalda, marcando su andar acompasado con una pinta de aquellas, con la que anuncia "aqui voy yo", Eso contrasta con la vendedora de cigarrillos que lleva una cajita terciada en su pecho, vestida con uniforme y que con la mercancia exhibida tambien lleva cargada sus esperanzas de sustento.
La pareja que va cogida de la mano que se dicen a si mismos en ese gesto que son complices de su propio mundo, o la señora que va de compras y en medio del encarte, trata de mantener a sus chicos a la vista para que no se extravien, o el padre divorciado que se baja del carro con sus hijos cumpliendo el rito dominical de llevarlos a almorzar.
Cada persona con su historia... El bohemio que bebe su trago de Cuba libre, fuma un habano y lee a Hemingway por sexta vez, sintiendose solidario con ese marinero que le enseño tantas cosas - hasta que Cuba no es libre. Todos y cada uno encerrados en su mundo no siempre se dan cuenta que les observamos, porque con sus ires y venires van llevando su existencia particular.
Disfruto de una conversacion amena entre amigos y pasan conocidos, mas amigos, examigos, extraños y hasta rostros familiares y frecuentes pero que no sabes quienes son.. Pero entre cafe y panderos se va el momento; como si el pasar de las horas no tuviera limite.
Pasa el ambulante y el mendigo, la modelo y el chico guapo que se mata en el gimnasio para poder lucir su ultima Abercrombie, ni que decir de la barra de goticos que arrastran su desesperanza o los gringos buscando "mona" y prepago. Pasan como pasan los del trapito rojo y el chico que trata de no hacer el ridiculo parqueando en reversa.
Los taxistas dejando y recogiendo gente y los borrachos abrazados entre si para conservar el equilibrio. Pasa la pobreza vestida de pretencion, el arribista luciendose o el cinico con su veleidad. Todos, pero todos tienen un motivo para no estar en casa: el ejecutivo que atiende a su cliente, la separada que arrastra su desventura o sus ganas de rearmarse, el mensajero que lleva notas, facturas o noticias, el que lleva el hielo en bolsa y el que fuma en la acera -porque esta prohibido adentro-.
Al final del acto.. Entran en su turno los vigilantes que cuidan el desorden, las "escobitas" que limpian la calle, los borrachos agarrados de un poste porque no saben de su estado y yo regreso a casa alimentado de escenas, conjeturas y una que otra chanza sobre el o ella y me pregunto... Cuantos de esos rostros que vi hicieron lo mismo esta noche...